Athina Rachel Tsangari forma parte de la nueva ola de directores griegos postmodernos que con sus cintas intentan cuestionar a la audiencia sobre el a veces absurdo comportamiento humano. Con Attenberg, su más reciente trabajo, Tsangari logra hacer un pequeño análisis antropológico, con toques de humor negro, que uno podría disfrutar si es que tiene la paciencia necesaria para llegar al final del filme.
La cinta nos muestra a Marina, una joven de 23 años que además de trabajar medio tiempo como taxista, cuida a su padre enfermo de un cáncer terminal. A diferencia de otras chicas de su edad, evita todo tipo de contacto con la especie humana, con la que considera no se identifica en lo absoluto.
La vida según Attenberg no es una propuesta para todo público, es peculiar, no tiene tabús y podría hacer que algunos se sientan incómodos. Sin embargo resulta un trabajo innovador que seguramente inspirará a otros realizadores a salirse de la caja para hacer nuevas propuestas. Véanla los que tengan mente abierta.
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